LA MUERTE POR AMOR EN TRISTÁN E ISEO

Por Anamaría Chacón

«Pero tenemos necesidad de un mito para expresar el hecho oscuro e inconfesable de que la pasión está ligada a la muerte y que provoca la destrucción de quienes se abandonan a ella con toda su alma.»    

– Denis de Rougemont

Siendo un relato de amor cortesano, Tristán e Iseo se caracteriza por un amor apasionado entre los protagonistas de esta historia. El amor-pasión hace referencia a una dualidad, el amor como sentimiento de vida y pasión como sufrimiento, dónde no puede existir uno sin el otro. Esto permite una constante aparición de obstáculos en la novela que dificultan la experiencia amorosa con aquel sujeto que se desea y está prohibido poseer, ese sujeto que permanece idealizado en el imaginario del amante. Estos obstáculos e insatisfacción sirven para mantener vivo el deseo, lo cual se observa de forma muy marcada en Tristán e Iseo.


La pasión de estos amantes es tan violenta que olvida el dolor y el peligro que los acecha constantemente, y no les importa atraerlo continuas veces. Cuando el peligro es una amenaza exterior, Tristán realiza proezas para mantener la vida y su amor con Iseo, haciendo que renazca la pasión y el interés en la novela. Los obstáculos más graves son los que más se prefieren ya que acrecientan aún más la pasión. Además, la voluntad de los amantes de separarse alcanza un valor más fuerte que la pasión misma.


Esto es relevante ya que la muerte es el fin de la pasión, es la tercera pieza que acompaña al amor-pasión. Cada momento en el que se acrecienta la pasión es un retardo de la muerte, que viene anunciada desde los inicios de la novela cuando Brangel les da a beber a Tristán e Iseo el filtro destinado a los esposos y entran así por las vías de un destino «que no les abandonará jamás en momento alguno de su vida porque han bebido su destrucción y su muerte.»

«Tristán e Isolda beben el filtro» por August Spiess

En este punto, Iseo no está casada aún con el Rey Marcos, pero este matrimonio es un inconveniente necesario ya que sin el esposo los amantes podrían casarse, pero esto es inconcebible porque la verdadera pasión del amor cortés viene de la pasión de la relación extramatrimonial. Al estar en una relación matrimonial dejarían de amarse, se negaría la pasión. Ejemplo de esto se puede observar en el matrimonio de Iseo y Marcos y el de Tristán e Iseo de las Blancas Manos, dónde Marcos e Iseo de las Blancas Manos permanecen simbólicamente y explícitamente célibes, respectivamente.

Como se señaló anteriormente, durante gran parte del relato los amantes buscan prolongar y renovar su amor-pasión, llenando su vida de peligros a desafiar. Pero cuando Tristán los logra sobrellevar con el gran valor que lo caracteriza, se aleja en busca de aventuras más secretas, profundas e interiores, y decide la castidad voluntaria dentro de su matrimonio, la cual es un suicidio simbólico, una forma de purificar lo animal del deseo que lo consumía.

«Tristán e Isolda» por August Spiess

Llegando al final del relato, Tristán está herido de muerte y ningún médico puede ayudarlo ya que está infectado con el veneno de la pasión por la muerte a la que está destinado, y sólo Iseo es capaz de curarlo. Ella va en el navío dispuesta a salvarlo, navío que enarbola una bandera blanca como signo de esperanza.

Pero ahora los obstáculos no están al servicio de la pasión, sino que están al servicio del final de los amantes, observado en todos los obstáculos de la naturaleza que resultan en la llegada tardía de Iseo. Esto, junto con las acciones de lseo de las Blancas Manos, impidió que Tristán se salvara. Obtuvo su muerte destinada, dónde la pasión ha sido una prueba purificadora y de penitencia al servicio de esta muerte transfiguradora, que no fue una casualidad. Se cumplió el destino. Triunfó la muerte sobre la vida.

En cuanto a Iseo, el texto nos deja muy claro que muere por amor a Tristán:

«Amigo Tristán, cuando muerto os veo, no hay razón para que yo siga viviendo. Habéis muerto por mi amor, yo muero por cariño hacia vos … Ya que no he podido devolveros la vida, que al menos nos reunamos en la muerte, que comparta la misma suerte que vos. Por mí habéis perdido la vida, por vos moriré como amiga fiel.»

Y más adelante el texto nos relata la muerte de Iseo:

«[Iseo] Rinde así el alma y se extingue junto a su amigo. Iseo muere por amor a Tristán.»

«Tristán e Isolda (La Muerte)» por Rogelio de Egusquiza

Sin saberlo y a su pesar, los amantes desearon su propia muerte, entre engaños apasionados buscaban su rendición y la venganza de la pasión comenzada con el filtro. En lo profundo de su corazón la voluntad de morir era la que les dirigía a sus fatales decisiones.

Al no poder obtener verdaderamente ese amor prohibido en la vida terrenal, este se podría obtener en la vida después de la muerte. El fuerte deseo de estar juntos los lleva a la ilusión de encontrarse en la eternidad, dónde estarían fusionados el uno con el otro.

Finalmente, Tristán e Iseo se unen en la muerte y en la eternidad. En los últimos momentos de su vida, Iseo salva el alma de Tristán y la suya. Su amor, a pesar de ser prohibido, da fin a todos los obstáculos. Esto se simboliza con la unión de los árboles que crecieron en cada una de sus tumbas, cuyas ramas se entrelazaron. Se extinguieron en lo físico para unirse en lo espiritual.

«Por la noche, de la tumba de Tristán surgió una viña que se cubrió de hojas y ramas verdes. Sobre la tumba de Iseo creció un hermoso rosal de una semilla traída por un pájaro salvaje; las ramas de la viña pasaban por encima del monumento y abrazaban el rosal, mezclando sus flores, hojas y racimos con los capullos y las rosas. Y los antiguos decían que estos árboles enlazados habían nacido de la virtud del filtro y eran símbolo de los amores de Tristán e Iseo, a quienes la muerte no había podido separar.»

«Reunión en la muerte» por August Spiess

Referencias

Un comentario Agrega el tuyo

  1. Einar Goyo dice:

    Me hubiera gustado una reflexión tuya sobre esta fatalidad, y sobre todo de la persecución de esa misma fatalidad, de eso que De Rougemont, al que usaste muy acertadamente, llama el amor a la muerte. Quizás si hubiese involucrado a la herejía cátara habríamos encontrado una respuesta plausible.

    Me gusta

Deja un comentario